Alojamiento

Última actualización: 5/7-2023

Tienes derecho a criarte en un entorno seguro. Los servicios sociales de tu municipio de residencia son los responsables de tu alojamiento.

Al llegar a Suecia, el primer municipio con el que entres en contacto será el encargado de gestionarte una vivienda provisional, donde solo permanecerás unos días. La Dirección General de Migraciones te asignará luego un municipio donde residir en el país. Si tienes familiares que vivan en Suecia cuentas con la posibilidad de trasladarte al municipio donde estén establecidos estos.

Existen varias modalidades de vivienda:

  • Centros HVB (hogares de atención y vivienda)
  • Vivienda asistida
  • Familia de acogida
  • Apartamento propio
  • Centros SiS (hogares juveniles especiales)

Es importante que los servicios sociales escuchen tus opiniones y dialoguen contigo y tu curador acerca del alojamiento más apropiado para ti. Los servicios sociales evaluarán luego el alojamiento que mejor se adecua a ti en función de los factores siguientes:

  • tus necesidades
  • tu edad
  • tu evolución
  • tus circunstancias personales

En esta valoración se tendrán también en cuenta las viviendas disponibles en el municipio o incluidas dentro de un acuerdo municipal.

Los servicios sociales velarán también por lo siguiente:

  • que recibas una formación adecuada
  • que goces de la atención de salud, médica y dental que necesitas
  • que recibas el apoyo que precisas, por ejemplo, una persona o familia de contacto
  • que obtengas ayuda para contactar con tus familiares

En los centros HVB viven niños y jóvenes que han llegado a Suecia sin sus padres.

La Dirección Nacional de Sanidad y Bienestar Social de Suecia (Socialstyrelsen) ha elaborado un vídeo con información para inquilinos de los centros HVB.

Aquí dispondrás de comida, cama y ropa. El hogar cuenta con personal las 24 horas del día, cuya función es ayudarte y brindarte apoyo. Puedes hablar con el personal de los temas que son importantes para ti.

En este hogar puedes sentirte seguro. Es posible que hayas vivido experiencias duras. Es fundamental que el personal sepa escucharte y que te asista para enfrentarte a emociones difíciles. El personal también debe ser capaz de evaluar si precisas de algún otro tipo de apoyo, por ejemplo, si consumes drogas, te sientes mal psíquicamente o tienes alguna discapacidad.

Para que todo el mundo pueda sentirse seguro y a gusto en el centro HVB, tienen que aplicarse normas de conducta, que serán fijadas junto con los residentes del hogar. Todos los inquilinos y residentes del centro HVB deben conocer las normas de conducta vigentes.

Las viviendas asistidas acogen a personas de entre 16 y 20 años, aunque han sido concebidas principalmente para jóvenes a partir de 18 años. Una vivienda asistida puede ser un apartamento o una habitación donde compartes cocina y otros espacios comunes con otros jóvenes. La casa está equipada con muebles y artículos de cocina.

La vivienda asistida debe prepararte para vivir en una vivienda propia. En ella deberás asumir una mayor responsabilidad que en tus anteriores alojamientos. La idea es que te encargues tú mismo de la comida y de las tareas domésticas. El encargado velará por que se apliquen normas de conducta en la casa. Esta sigue contando con personal que puede ofrecerte apoyo, por ejemplo, con cuestiones prácticas, pero también para hablar de sentimientos y otros asuntos que sean relevantes para ti.

El personal está disponible las 24 horas y acudirá a la casa cuando se precise.

Una familia de acogida es una familia que te recibe en su propio hogar. Puede tratarse de una familia que ya conozcas de antes, por ejemplo, un pariente u otro allegado (lo que se denomina «familia de acogida relacionada»), o bien una familia que no hayas visto antes.

Los servicios sociales examinan todas las familias de acogida, es decir, evalúan desde distintas perspectivas si la familia en cuestión se adecua para recibir a un niño o un joven en su hogar.

La familia de acogida te proporciona comida, cama y ropa. Debes poder sentirte seguro en la familia y formar parte de ella. La familia de acogida se responsabiliza de tu educación, tiempo de ocio, salud y contactos con las autoridades.

La Dirección Nacional de Sanidad y Bienestar Social de Suecia ha elaborado un vídeo con información para personas que viven en una familia de acogida.

Si has obtenido permiso de residencia, tienes más de 18 años y demuestras que puedes cuidar de ti mismo y gestionar tu alojamiento de forma adecuada, es posible también que recibas una oferta para vivir en un apartamento propio. Tal vez el municipio pueda prestarte un apartamento hasta que consigas uno propio, o bien cedértelo y registrar el contrato a tu nombre. Si lo necesitas, puedes mantener el contacto con tu asistente social y con una persona de contacto que te visite de vez en cuando para ver cómo te encuentras. La mayoría de los jóvenes no acompañados son dados de baja de los servicios sociales al cumplir 21 años.

Para los jóvenes que no pueden alojarse en un centro HVB ordinario existe lo que se denominan centros SiS, que son gestionados por un organismo público: la Dirección de Instituciones Estatales de Suecia (Statens institutionsstyrelse). En los centros SiS se alojan los menores tutelados conforme a la Ley de Asistencia Condicionada a Jóvenes (LVU). Si los servicios sociales estiman que tu comportamiento puede ser nocivo para tu propia salud y desarrollo y no colaboras voluntariamente en tu asistencia podrás ser destinado a un centro SiS.

El día a día en estos centros incluye, entre otros, estudios académicos, entrenamiento de aptitudes sociales y terapias de grupo e individuales con, por ejemplo, un psicólogo. Estos hogares están atendidos por abundante personal, cuya función es proporcionarte ayuda y apoyo.

En los centros SiS, el personal puede recurrir a métodos coercitivos. Por ejemplo:

  • requisarte objetos que no puedes tener
  • confinarte en una sección cerrada
  • impedirte el contacto con otros inquilinos del centro SiS
  • registrar tu ropa o tus mochilas/bolsas

El personal tratará de dialogar contigo antes de recurrir a medidas coercitivas, las cuales solo pueden utilizarse si resulta imprescindible. Si el personal aplica medidas coercitivas deberá explicarte el motivo de estas. La coerción no puede utilizarse como castigo por algo.

Si algo va mal en tu alojamiento

Si algo no va bien en tu alojamiento puedes abordarlo en primer lugar con tu familia de acogida o con el personal del centro HVB, SiS o la vivienda asistida. Si ello no lo resuelve, puedes hablarlo con tu asistente social. En caso de residir en un centro HVB, SiS o vivienda asistida, puedes dirigirte al encargado del hogar.

La Inspección Nacional de Atención Sanitaria y Social (IVO) vela por el cumplimiento de la ley en todos los hogares. Si las cosas no funcionan de forma adecuada en tu hogar o en tu relación con los servicios sociales, puedes llamar a la IVO.

Asimismo puedes hablar con la Defensoría del Pueblo (JO), que también supervisa el cumplimiento de la ley por parte de los servicios sociales y de los distintos hogares.

Al asignarte una vivienda deberán proporcionarte también los datos de contacto del asistente social a cargo de tu expediente. Además, deben ofrecerte información sobre cómo ponerte en contacto con la IVO y acerca de tus derechos relativos a lo siguiente:

  • participación en la planificación de la atención recibida
  • acceso a la información registrada en los historiales sobre tu persona
  • comunicación con representantes de la comisión de asuntos sociales
  • presentación de quejas y puntos de vista a la comisión de asuntos sociales

Cambiar de vivienda

Si tu casa no satisface tus necesidades es posible que debas cambiar de hogar, por ejemplo, porque no te sientes seguro en ella o no recibes la orientación que precisas. Puede ser que los servicios sociales adviertan la necesidad de cambiar de hogar, o bien tú o tu curador consideren que tu vivienda no es adecuada. Otro de los motivos para mudarte de casa puede ser que la familia de acogida o el hogar estimen que no son capaces de cumplir con su función.

Si tienes hijos

Si eres menor de 18 años y tienes un hijo es importante que recibas el apoyo que necesitas para cuidar a este de la mejor manera posible. Dicho apoyo te lo puede proporcionar tu curador, alguien de tu vivienda o tu asistente social. Aunque los servicios sociales emprendan una actuación dirigida a ti, seguirás siendo tú el responsable del cuidado y la atención a tu hijo. Ponte en contacto con la persona que consideres más adecuada para conversar al respecto y reflexiona sobre lo que debes conocer y aprender con el fin de ser un buen progenitor para tu hijo en Suecia. Tal vez sea distinto ser padre/madre en Suecia respecto a tu país de origen.

Mientras tengas menos de 18 años, la legislación de Suecia te considerará como un menor, lo que significa que quizá se requiera designar a un tutor específico para gestionar los asuntos económicos relacionados con tu hijo. Si el niño tiene otro progenitor mayor de edad, dicha persona podrá ejercer de tutor del pequeño.