Cuidar de niños y jóvenes

Última actualización: 6/9-2022

Los padres y otros tutores legales tienen la responsabilidad de los hijos, pero la sociedad les puede ofrecer ayuda. Todos los niños y jóvenes tienen derecho a la enseñanza preescolar, a asistir a la escuela y a recibir asistencia sanitaria en Suecia.

    Centros de maternidad

    Usted asiste a los centros de maternidad (MVC) durante el embarazo para controlar que tanto usted como su hijo estén bien. La matrona controla el peso, toma medidas y conversa con usted sobre el embarazo y el parto y responde a las preguntas de los futuros padres.

    También puede asistir a reuniones donde le informan sobre el embarazo, el parto y la lactancia. Es común que el padre del futuro bebé acompañe a la mujer a las visitas y reuniones. También es común que el padre asista al parto.

    Centros de salud infantil

    Los centros de salud infantil (BVC) aconsejan a los padres y controlan la salud de los niños, de forma que crezcan y se desarrollen bien. También le pueden aconsejar y apoyar para que pueda hacerse cargo de su hijo de la mejor manera. En el BVC le pueden aconsejar sobre el desarrollo del niño, la lactancia, la comida y las enfermedades. Cuando vuelva a casa después del parto deberá contactar con ellos para pedir hora para la primera visita. A veces la primera visita es a domicilio. Entonces la enfermera le informa sobre el funcionamiento del centro de salud infantil y controla cómo está el bebé. Además es reconocido por un médico. La primera visita con el médico en el centro de salud infantil suele realizarse cuando el bebé tiene entre seis y ocho semanas. A partir de ahí hay varios controles de salud hasta que el niño comienza la escuela.

    En los centros de salud infantil se les ofrece a todos los padres vacunar a sus hijos. En Suecia hay un programa de vacunación contra nueve enfermedades diferentes, entre ellas la poliomielitis, la tos ferina, la difteria, el tétanos, el sarampión, las paperas y la rubéola. El objetivo del programa de vacunación es proteger los niños contra estas enfermedades y evitar su propagación.

    Atención sanitaria a la escuela

    Cuando los niños empiezan la escuela van a la consulta de asistencia sanitaria en la misma escuela para tratamiento preventivo.

    Todos los alumnos de clase preescolar, primaria y secundaria tienen derecho a asistencia sanitaria a la escuela.

    Se les ofrece visitas sanitarias tres veces durante la educación primaria y una vez durante la secundaria. Estas visitas incluyen información sobre la salud, además de control de altura, peso, vista y espalda. Adicionalmente, las escuelas tienen personal que colabora para mejorar la salud de los alumnos. Puede tratarse de psicólogos, enfermeras, directores, pedagogos especiales y profesores.

    A todas las niñas de 5o. o de 6o. Año se les ofrece una vacuna gratuita contra la infección del virus del papiloma humano (HPV). La vacuna ayuda a prevenir el cáncer de cuello de útero, el condiloma y otras alteraciones de células en el cuello del útero.

    Ser padre en un nuevo país

    Llegar a un nuevo país supone un gran cambio tanto para los adultos como para los niños. A veces es más fácil adaptarse a la nueva sociedad para un niño que para un adulto. Por eso, los adultos pueden depender de sus hijos en sus contactos con la sociedad. Eso conduce a un cambio de roles en la familia y puede suponer una responsabilidad demasiado grande para los hijos. Los hijos no deben hacer de intérpretes de sus padres en los contactos con la guardería, la escuela, las autoridades o la asistencia sanitaria.

    Por eso es importante que los padres adquieran conocimientos sobre la sociedad a la que han llegado y que comprendan que la nueva vida cotidiana y el entorno de los hijos también es parte de sus personalidades. Hay condiciones para que ellos puedan ser progenitores fuertes y claros de manera que puedan crear un ambiente seguro para sus hijos. Si toda la familia comprende las normas y los valores de la nueva sociedad y pueden ver las similitudes y diferencias con su propia identidad y cultura, hay buenas posibilidades de que los hijos tengan una vida estable. En la adolescencia, muchos jóvenes comienzan a emanciparse de sus padres. Quieren comenzar a valerse por sí mismos y a prepararse para la vida adulta. Los padres tienen la responsabilidad de apoyar a sus hijos en su viaje hacia el mundo de los adultos. Es importante encontrar un equilibrio para poder fijarle límites al hijo. Al mismo tiempo el hijo tiene que poder desarrollarse en el nuevo país.

    El amor y las relaciones afectivas

    La percepción del amor y las relaciones afectivas varían según la cultura y la sociedad. Depende además de quién es uno como persona. Para mucha gente en Suecia es normal estar junto con la persona que uno quiere sin casarse ni tener hijos. También hay una actitud abierta con respecto a que explorar el amor, las relaciones y la propia sexualidad es parte del desarrollo durante la juventud. Muchos jóvenes tienen una o varias relaciones amorosas cuando están creciendo.

    Prohibido castigar físicamente a los niños

    En la legislación sueca hay una sección llamada el Código de Padres. En el Código de Padres se establece que un hijo tiene derecho a atención y cuidados, a sentirse seguro y a recibir una buena educación. Una parte de la ley se denomina Ley contra el Castigo Físico y entró en vigor en Suecia en 1979. Aga (castigo físico) es una palabra sueca antigua que significa pegar a un niño con el objetivo de educarlo. La ley contra el castigo físico establece que está prohibido el uso de violencia física y psicológica contra los hijos. Violencia física es todo tipo de violencia corporal. Incluso los golpes leves,los tirones del pelo y los pellizcos son violencia física.

    Obviamente esto no quiere decir que no pueda apartar bruscamente a un niño de algún factor potencialmente peligroso, como por ejemplo un fogón caliente, una ventana abierta u otra cosa que pueda lesionarle.

    Se considera violencia psicológica cualquier forma de amenaza, intimidación, exclusión o encerramiento. La violencia psicológica puede perjudicar la autoestima y desarrollo del niño tanto como la violencia física.

    Cómo se concibe la educación de los hijos en Suecia

    Para la mayoría de los padres de todo el mundo lo más importante es que el niño se sienta querido. Todos los niños necesitan padres y adultos que les pueden proporcionar orientación, estímulo y cariño. Los adultos también deben fijar límites. Cómo se educa a un niño le afecta muchísimo con respecto a la percepción propia y la autoestima que siente. Los niños que han tenido una infancia estable y cariñoso ofrecen un mejor rendimiento escolar y están mejor preparados para la vida de adulto.

    En Suecia la manera de educar a los niños ha cambiado mucho en los últimos cien años. A principios del siglo XX muchos padres eran muy estrictos y era importante que los niños obedecieran a los adultos. Los castigos físicos, aga, eran considerados por muchos como una parte natural de la crianza.

    En las décadas 1950 y 1960 se empezó a cuestionar ese tipo de educación dura y autoritaria. Mucha gente empezó a cambiar su percepción de la educación de los hijos, hablando cada vez más de educarlos mostrándoles respeto. Al mismo tiempo seguía siendo común pegarles como medida de castigo.

    En los 1970 evolucionó la percepción más democrática de la educación de los niños que tenemos actualmente. El objetivo es que los niños aprendan a pensar por sí mismos, a asumir resonsabilidad propia y convertirse en personas independientes con una alta autoestima.

    Los servicios sociales

    Los sevicios sociales trabajan de diferentes formas para que todos los niños crezcan en condiciones seguras. Los padres son responsables de que los hijos reciban los cuidados y la seguridad que necesiten. Si es necesario, los servicios sociales pueden apoyar a los padres en el ejercicio de su paternidad. Solicitar apoyo para ello es una forma de asumir responsabilidad como progenitores. Los padres que reciben apoyo a tiempo, pueden evitar que el hijo tenga problemas más tarde en su vida.

    Cuando un niño corre el riesgo de pasar mal, los servicios sociales colaboran con la familia y con otros adultos para encontrar la forma de que el niño se sienta lo mejor posible. Los servicios sociales tienen competencia para trabajar con diferentes tipos de problemas en las familias. Por ejemplo, se puede tratar de que hay muchas peleas en la casa, padres preocupados por cómo se sienten y si eso afecta a sus hijos, hijos que se sienten excluídos, niños expuestos a violencia, amenazas, acoso o abusos, niños que cometen delitos, que consumen alcohol o drogas o niños que viven en familias donde hay adicciones.

    Los servicios sociales pueden recibir información de que un niño está en riesgo de pasar mal por medio de una denuncia de alguien que manifiesta preocupación. Una denuncia así puede provenir de un profesor, de la directora de la escuela, de la policía o del personal sanitario. Están obligados a denunciar si sienten preocupación por la situación de un niño. También se puede tratar de alguna otra persona que haya tenido contacto con la familia y que manifiesta preocupación por la situación del niño. Cuando los servicios sociales reciben una denuncia deben decidir si el niño necesita proteción urgente. Los servicios sociales también deben decidir si van a comenzar una investigación sobre el apoyo y la ayuda que el niño y la familia necesitan. Los progenitores y el niño deben ser partícipes de la investigación.

    Lo común es que los padres y los servicios sociales estén de acuerdo respecto a la ayuda que el niño y la familia necesitan. En primer lugar la ayuda que ofrecen los servicios sociales debe darse junto con los padres y con su aprobación.

    Si existe un riesgo claro de que la salud del niño o su desarrollo se dañan debido a la situación que tiene el niño en su hogar o la propia conducta del niño, los servicios sociales pueden necesitar darle al niño apoyo en contra de la voluntad de sus padres. Ello puede significar que durante un período breve o más prolongado, el niño viva con otra familia (casa o familia de acogida)o en un hogar para atención o vivienda (HVB).